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Entrevista a Mario Barletta

El titular de la UCR analiza el fenómeno de las inundaciones a la luz de la experiencia en su provincia y anticipa un frente para 2013.

por Federico Poore
Debate, abril 2013

Por estos días es hombre de consulta, y no precisamente por su rol de presidente de la Unión Cívica Radical. Profesor universitario, ex rector de la Universidad Nacional del Litoral y –ante todo– ingeniero en Recursos Hídricos, Mario Barletta conoce de cerca el fenómeno de las inundaciones. Hace diez años presenció la peor catástrofe de la historia de la ciudad de Santa Fe –cuando el desborde del río Salado dejó bajo el agua a un tercio de la capital provincial– y cuatro años más tarde fue elegido intendente y le tocó encarar algunas de las obras estructurales que la ciudad necesita para morigerar los efectos del clima.
En diciembre de 2011 fue elegido presidente de la UCR en medio de una fuerte crisis interna y semanas atrás se presentó como candidato a diputado. Desde su despacho en la sede del Comité Nacional, entre fotos de Arturo Illia y Raúl Alfonsín, Barletta explica por qué este año la estrategia de su partido será diferente en cada distrito.

En 2007, apenas asumió como intendente de la ciudad de Santa Fe, decretó la “emergencia hídrica”. ¿Por qué tomó esa decisión y en qué consistió un plan así?
Habíamos asumido a fin de año, se venían las épocas de lluvia, y nos encontramos con la responsabilidad de conducir una ciudad en las peores condiciones. Como primera medida generamos un programa de Gestión del Riesgo y luego avanzamos con cuestiones estructurales para que, ante una creciente del río Salado, una creciente del Paraná, grandes lluvias, o las tres cosas juntas, la ciudad esté preparada. Sin embargo, cuando asumí la intendencia me bajaron algunos de los convenios que la Nación había firmado con el intendente anterior, que era peronista. Ahí las vidas humanas pasaron a perder interés para el gobierno nacional.

Pero, ¿ hizo nuevas obras?
Por supuesto que hicimos, con recursos propios y convenios con la provincia. Pero las que se hicieron hasta el momento son absolutamente insuficientes para estar en las mejores condiciones ante eventos de esa magnitud.

¿Cómo se llegó a una situación como la de las inundaciones de abril de 2003?
No hubo proyectos adecuados de desarrollo urbano. En 2003 ocurrió una gran creciente del río Salado. El terraplén de defensa estaba hecho, pero hasta un cierto punto. Reutemann y Obeid, por capricho, habían decidido no terminarlo: decían que el pedacito que faltaba estaba en la zona del Jockey Club y no iban a hacer una obra “para defender el campo de golf del Jockey”. Bueno, el Salado encontró eso como puerta de entrada y se llevó puesta una tercera parte de la ciudad, con un saldo de 29 muertos directos. Encima, después de que entró el agua, no podía salir, con lo cual tuvieron que dinamitar los terraplenes para que el agua saliera… De terror.

¿Pasó lo mismo en 2007?
No. Para entonces el terraplén ya estaba hecho y la ciudad quedó “protegida”, como en una palangana. Pero como no había capacidad ni gestión pública, nadie se puso a pensar que si estás viviendo en una palangana y está lloviendo fuerte, te vas a inundar. Lo que inundó Santa Fe en 2007 fue una lluvia con características como las de La Plata y Capital Federal. Los desagües a cielo abierto estaban sin limpiar, los demás nunca fueron desobstruidos… Los reservorios –lagunas situadas al lado de estaciones de bomberos que tiran el agua por encima de los terraplenes– estaban sucios y llenos de basura.

Más allá de las obras de infraestructura, que sin duda faltan. ¿Qué pueden hacer las ciudades a corto plazo?
Planes de contingencia. En Santa Fe, la gente sabe qué tiene que hacer frente a estas situaciones. Están marcados los trayectos por los cuales ir cuando comienza el anegamiento, los puntos de encuentro, los centros de evacuados… El Comité de Emergencia tiene como cabeza al propio intendente. Otro tema: ante una circunstancia como ésta, la Planta de Alimentos Nutritivos de la Universidad empieza a producir durante 24 horas los alimentos necesarios, para no tener que andar por los medios pidiendo que traigan harina.

Su argumento es que nada de esto existió en La Plata o en la Ciudad de Buenos Aires.
Ni en la mayoría de las ciudades argentinas, lamentablemente. Tenemos la satisfacción de ser una de las pocas ciudades del mundo premiadas por la ONU por su plan de contingencia. Lo que no quiere decir que después de esta nota, dentro de quince días, llueva en Santa Fe y tengamos problemas. Porque las obras que la ciudad necesita son caras y no hay vocación, por parte del gobierno nacional, de ayudar a la provincia.

Esta falencia, ¿es solamente presupuestaria –inyección de fondos, habilitación de créditos– o también tiene que ver con la falta de coordinación a nivel nacional ante emergencias como éstas?
Las dos cosas, aunque hay que recordar que hace cuarenta años no existía la gestión de riesgos. Y los Estados nacionales tienen una gran responsabilidad, porque es natural que un intendente prefiera pavimentar una calle que generar mejores condiciones frente a un evento de esta naturaleza. Ahí tenés otro problema: las inversiones que generan eso no se ven. Vos no inaugurás un desagüe pluvial.

LA UCR EN LAS LEGISLATIVAS

¿En qué estado está la discusión por el armado de listas para diputados nacionales en Santa Fe?
Estamos en una instancia de diálogo entre los partidos que componen el frente. Las condiciones para un acuerdo están dadas porque hace tiempo venimos gobernando la provincia. El punto es que cada partido vea que sus expectativas estén cubiertas en la lista propuesta.

¿La lista Binner-Barletta ya es una realidad o todavía existe la posibilidad de ir a internas para dirimir los principales lugares en las listas?
La voluntad política es el acuerdo. Y no es un problema de marquesinas, sino tomar la decisión de unirnos, como reclama la sociedad. Para la provincia, lo importante es seguir aportando a aquellos que le ponemos un freno al gobierno nacional y, sobre todo, que defienden los intereses de los santafesinos.

El radicalismo este año renueva 26 de sus 40 bancas en Diputados…
(Interrumpe) Porque nos fue muy bien en 2009.

¿Qué deberá hacer el partido en estas legislativas? ¿Ir por su cuenta, formar alianzas con otros espacios?
Esas opciones no son incompatibles. El radicalismo puede seguir trabajando en fortalecer el partido, como se viene haciendo desde 2011, pero a la vez trabajar en la conformación de espacios comunes. Hay que dejar de dar tantas vueltas y armar un frente nacional. Convocar al socialismo, al GEN, a la Coalición Cívica, a Libres del Sur, a Proyecto Sur… Si esto se puede conformar en 2013, invito a Binner, Stolbizer, Pino y Tumini a que nos reunamos y se lo digamos a la sociedad.

Por estos días se anunció en Capital un acuerdo entre la UCR, la Coalición Cívica y Libres del Sur. ¿Se puede esperar un frente similar en la provincia?
Se intentará. Y si no se da, bueno: si te querés casar y tu mujer te dice que no, estás en el horno. Pero se podrá ir dando en otros distritos, lo que podría ser la base de un espacio común luego de las elecciones.

Dentro de los partidos que menciona no está el PRO. Sin embargo, figuras radicales como José Cano y Gustavo Posse han establecido acuerdos con el macrismo.
Son casos distintos. Posse era radical hasta el día en que dejó de serlo. Y nadie lo echó: la carta orgánica del partido en la provincia de Buenos Aires dice claramente que si alguien se va como candidato de otro partido deja de integrar la UCR. Si después de eso todavía puede mirar a sus hijos a los ojos, allá él. Lo de Cano es otra cosa porque sigue dentro del radicalismo, trabajando para fortalecerlo. Y si en algún distrito como Tucumán hubo un acuerdo, son cuestiones particulares. En términos generales y políticos, la UCR alienta la conformación de espacios con fuerzas comunes.

O sea que no va a “comprar” cualquier alianza que se haga.
No, porque la sociedad no lo acompaña, lo ve como algo electoralista. Una buena ingeniería electoral es necesaria, pero también son indispensables las coincidencias. Por eso lo de Santa Fe no deja de ser algo a ser observado. Ahí tenés un esquema en el cual el radicalismo se sigue fortaleciendo año a año, más allá de que el gobernador sea de otro partido. Ya llegará el momento en el que nos toque a nosotros… y no es que me peleé con los socialistas: ellos están haciendo lo mismo, y si nos quieren soplar una comuna nos la van a soplar. Pero está bueno que sea así.

Detrás de todas estas preguntas está el debate por la identidad de la UCR. Algunos dirigentes buscan construir una “centroderecha moderada” mediante una alianza con el PRO, otros se reconocen como centroizquierda y acuerdan con algunas políticas del gobierno nacional… ¿Cuál es la identidad del radicalismo hoy? ¿Qué banderas debe defender antes de sentarse a negociar alianzas?
Lo definiría desde categorías que no están tan asociadas a lo que piensa la gente. La identidad del radicalismo son los valores. La tarea hoy es la recuperación de la educación y el trabajo, verdadera puerta de acceso al ascenso social. No quiero que me vengan a plantear si tenemos que ser centroizquierda, centro-forward o defensor.

¿Cree que alcanzará con eso?
Es difícil. No es algo marketinero, algo que diría un De Narváez, que tiene la plata y buenos publicistas. Cuando fui candidato a intendente, los asesores me decían: “mire que esto no es lo que le pasa a la gente en la cabeza”. (Piensa) No sé si con esto nos va a alcanzar, pero voy a morir con las botas puestas.

Por Federico Poore

Magíster en Economía Urbana (UTDT) con especialización en Datos. Fue editor de Política de la revista Debate y editor de Política y Economía del Buenos Aires Herald. Licenciado en Ciencias de la Comunicación (UBA), escribe sobre temas urbanos en La Nación, Chequeado y elDiarioAR.

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