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Entrevista a Juliana Di Tullio

La diputada Juliana Di Tullio explica los detalles de la ley aprobada el jueves 22, que regula el principal insumo para los diarios, y analiza el nuevo escenario legislativo.

por Federico Poore
Debate, 23-12-2011

Juliana Di Tullio ocupa un rol cada vez más importante en la estructura de legisladores del Frente para la Victoria. Desde el 10 de diciembre secunda al santafesino Agustín Rossi como vicepresidenta de la bancada oficialista en Diputados y fue la encargada de impulsar un proyecto kirchnerista clave como el de producción, distribución y comercialización de papel para diarios.
En diálogo con Debate, Di Tullio defiende la iniciativa y asegura que las cuotas de producción estipuladas acabarán con la necesidad de importar papel. “Si nosotros podemos abastecer a toda la Argentina con papel propio, ¿por qué no lo vamos a hacer?”, se pregunta.

¿Cuál es el estado actual de la producción de papel para diarios en la Argentina?
Es una situación de inequidad que lleva más de 35 años. Papel Prensa es la única empresa que produce pasta de celulosa para papel para diarios y sus dueños son los dos diarios más grandes de la Argentina: uno enorme de la Capital Federal, como es La Nación, y un gran multimedio como Clarín. Más muchos otros diarios que son de su propiedad y que son los que consumen papel. Estamos frente a dos grandes temas: la inequidad en el acceso al papel y la diferencia en el precio.

¿Cuál es el núcleo de esta ley?
El proyecto busca que todo el mundo tenga el mismo acceso al papel, no sólo los diarios de hoy, sino cualquiera que tenga ganas de sacar uno el día de mañana. El objetivo es que pueda tener el papel para ese diario y que, además, signifique el mismo costo, medido en términos porcentuales de lo que vale la tapa. Lo que hace también este proyecto es planificar la inversión de los accionistas para que pueda lograrse una mayor capacidad de producción nacional y que no haya necesidad de seguir importando papel.

El año pasado, como presidenta de la Comisión de Comercio, celebró cinco reuniones con distintos diarios. ¿Cuáles fueron sus testimonios?
Por una cuestión histórica, Ámbito Financiero fue el primero que vino. Se recordaron las denuncias de Julio Ramos sobre el disciplinamiento, la extorsión y la deslealtad comercial que tiene Clarín como dueño de la única planta de papel para diarios. Además, los dueños actuales nos mostraron la diferencia en números: no sólo no tienen acceso a cupos de papel de Papel Prensa, sino que tienen que importar todo el papel que usan para imprimir su diario, lo que significa una diferencia de cuatro millones de pesos. Eso es mucho dinero a la hora de hablar de costos para un diario. ¿Cuánta publicidad hay que tener para cubrir estos gastos? Ese mismo día estuvieron Página/12, diarios muy importantes de las provincias… pero, además, vinieron dueños de diarios del interior que fueron comprados por Clarín a partir de esta forma tan desleal de comercialización que tuvieron durante todos estos años.

¿Qué diferencias tiene esta ley con la iniciativa presentada por la ex diputada Cecilia Merchán?
Tiene la misma dirección en un noventa por ciento. Es decir, también declara de interés público la producción, comercialización y distribución de pasta de celulosa para papel para diarios, pero tiene algunas diferencias: una es el ámbito de aplicación. Para nosotros es el Ministerio de Economía; para el dictamen anterior era el Ministerio de Industria. Por otra parte, en el proyecto de Cecilia Merchán lo que había era una cláusula restrictiva, que sostenía que Clarín no podía seguir siendo dueño de las acciones que hoy posee y había una cláusula de desinversión.

¿Qué sucede ahora?
Según este proyecto, Clarín y La Nación pueden seguir siendo accionistas de Papel Prensa S.A. Lo que sí se les exige es que inviertan lo suficiente como para poder estar al máximo de su capacidad de producción. Si esto abastece la demanda interna, se acabó la situación, el resultado se divide entre el registro que va a haber entre los diarios que necesiten comprar el papel. Si esto no es suficiente para abastecer al mercado interno, entonces se deberá importar. Ahora, este valor a importar también va a estar distribuido equitativamente, lo que significa que Clarín y La Nación también van a tener que importar, con el mismo porcentaje que los otros diarios.

La iniciativa propone la creación de un Consejo Asesor. ¿En qué consiste?
El proyecto anterior creaba una Comisión Bicameral, pero en este proyecto lo que se crea es un Consejo Asesor, compuesto por un representante de cada diario de cada una de las provincias, más la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, además de trabajadores de gremios que tienen injerencia en el tema. Se van rotando cada cuatro años y no pueden reiterarse; pero, además, son elegidos entre ellos.

Esta comisión, ¿tiene voz y voto?
Tiene voz y voto y es asesora de la Comisión Bicameral de seguimiento, que busca que el proyecto de ley se cumpla en todos sus objetivos.

¿Qué sucede si los accionistas privados no invierten de acuerdo a lo estipulado?
Si Clarín y La Nación no quieren invertir como deben para llegar al máximo de su capacidad de producción, lo puede hacer el Estado, que –recordemos– tiene el 27 por ciento de las acciones. Ahora, los derechos políticos dentro de la empresa los va a ejercer el Consejo Asesor, o sea, los diarios de la Argentina. No el Gobierno a través de ningún representante.

¿Qué hay de las denuncias de algunos diputados acerca de que el verdadero propósito del Gobierno es estatizar Papel Prensa?
No tienen ningún asidero.

El Frente Amplio Progresista no acompañó el proyecto ya que sostuvo que el Ministerio de Economía recibía “facultades exorbitantes” en la empresa. ¿Qué opinión le merece esta crítica?
Deben decir la verdad. Ésas no son las razones por las cuales no acompañaron el proyecto. Lo dijo la diputada (Margarita) Stolbizer, lo dijo el diputado (Gerardo) Milman, referentes del FAP. Ellos no consideran que el insumo de papel sea importante, no buscan la injerencia del Estado para resolver este problema.

Algunos dirigentes aseguraron que, antes de consolidar a Papel Prensa como la única proveedora de papel de diarios del país, convenía fomentar la instalación de pequeñas plantas a lo largo del país.
Este proyecto no va en contra de eso, todo lo contrario. El primer cuerpo del proyecto, en su declaración de interés público, contempla el fomento de futuras plantas que produzcan papel en la Argentina. Por otra parte, quiero destacar que al final del marco normativo hay dos cláusulas transitorias, que son las que más les preocupan a Clarín y La Nación. Tienen un plazo de hasta tres años, pero puede ser de seis meses o, si quieren, la semana que viene: son hasta que sus objetivos se extingan. Es decir que si hay inversión, pierden su razón de ser.

¿Qué va a pasar con la importación de papel para diarios cuando se alcance ese objetivo? Hoy ese arancel está en cero.
El arancel tiene tasa cero en la importación por una disposición de este Gobierno: fue una medida tomada por la Secretaría de Comercio. Hoy el costo de papel importado termina siendo más caro porque uno debe contemplar costos de logística, el poder importar. No sabemos cuánto va a ser el precio de papel importado dentro de seis meses o cinco años. El proyecto tiende a fomentar la industria nacional. La Presidenta lo ha dicho claramente: no quiere importar un solo clavo. Si nosotros podemos abastecer a toda la Argentina con papel propio, ¿por qué no lo vamos a hacer?

¿Qué sucede si Clarín o La Nación, ofuscados por la medida, deciden dejar de ser socios de Papel Prensa? ¿El Estado piensa indemnizarlos?
Este proyecto está dentro de las reglas del juego de mercado y el Estado no tiene ninguna necesidad de quedarse con las acciones de nadie. Si quieren, las pueden vender. Si les parece que el negocio no es rentable, o si les parece que no es rentable la inversión para poder producir más y abastecer todo el mercado, pueden ofertar sus acciones. Pero me parece que en la empresa Papel Prensa hay una intención diferente.

Siguiendo con esta línea argumental, ¿qué pasa si estos diarios deciden no comprarle más papel? ¿Tendría sentido seguir impulsando una mayor producción?
Se van a asustar cuando se enteren, con el registro nuevo, de la cantidad de diarios que hay. Es mentira que Papel Prensa le provee a todos los diarios: le provee a todos los que la empresa quiere. Decir, por ejemplo, que el Diario de Morón -mi municipio- no es un diario, es una injusticia absoluta. Es una mentira. Son diarios que se han visto en serias dificultades cuando apareció el Clarín Zonal, medios del conurbano bonaerense que tuvieron que pelearla sin el papel de Papel Prensa. Es muy difícil abrir un diario en este país, hay que tener muchas ganas de hacerlo.

Sin embargo, cálculos periodísticos estiman que los dos principales diarios compran el 74 por ciento del papel que hoy se fabrica allí. ¿Qué pasa si se van?
No creo que no les interese tener Papel Prensa o que no les interese seguir comprando el papel. Si no fuera tan importante no resistirían tanto la medida.

Si se aplica esta ley, ¿cómo se modificará el panorama de los diarios argentinos en los próximos años?
El espíritu del proyecto es crear una situación justa para todos los diarios de la Argentina, donde todo el mundo va a tener papel, sobre todo si sigue siendo la política de Estado que se acaba de delinear y si la siguen aplicando los gobiernos que siguen al de Cristina Kirchner. ¿Sabe lo que significa tener que comprar papel al propio competidor, que además es el diario más grande? En ningún lugar del mundo el dueño de la fábrica de papel es el dueño del diario más grande del país. Es una situación irregular que ha devenido en una injusticia muy grande.

Por Federico Poore

Magíster en Economía Urbana (UTDT) con especialización en Datos. Fue editor de Política de la revista Debate y editor de Política y Economía del Buenos Aires Herald. Licenciado en Ciencias de la Comunicación (UBA), escribe sobre temas urbanos en La Nación, Chequeado y elDiarioAR.

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