El recambio en el Congreso favorecerá al Frente para la Victoria, que ahora contará con quórum propio en ambas Cámaras. La autocrítica opositora y las leyes que serán tratadas.
por Federico Poore
Debate, 12-12-2011
El kirchnerismo se prepara para dejar atrás el dificultoso Congreso que integró durante los últimos dos años. Gracias a los resultados del 23 de octubre, el oficialismo cimentó una renovada mayoría en ambas Cámaras, lo que promete un escenario distinto al dominio opositor que, desde 2009, había intentado organizarse detrás del “Grupo A”. Este nuevo panorama es, también, un desafío legislativo y varios comenzaron a preguntarse cuáles serán las próximas leyes en ser aprobadas.
La nueva composición tendrá su debut legislativo antes de fin de año, cuando la presidenta Cristina Kirchner oficialice el llamado a sesiones extraordinarias. Allí, el Gobierno intentará sacar temas económicos que considera centrales para el “modelo”, comenzando por el Presupuesto. El lunes 12, los diputados están citados para sancionar un dictamen de mayoría que pueda ser tratado en el Congreso dos días más tarde.
También en extraordinarias se buscará tratar la prórroga de los impuestos al cheque y los cigarrillos, así como la Ley de Emergencia Económica, un tema no menor, ya que establece la negociación directa del Ejecutivo con las empresas privatizadas. “Vamos a tener que sacar todas las leyes económicas que estuvieron estancadas durante este tiempo”, resumió a Debate el senador kirchnerista Daniel Filmus.
El objetivo del oficialismo es que la discusión llegue al Senado el miércoles 21, un apuro que cobra sentido si se recuerda que estas leyes vencen el 31 de diciembre y que el período entre fiestas -teniendo en cuenta los viajes de varios legisladores a sus provincias de origen- “está perdido”, según ilustró un diputado mendocino.
Tanto Filmus como Federico Pinedo, jefe de la bancada PRO en la Cámara baja, estiman que la Presidenta insistirá en diciembre con el proyecto de ley de tierras, una iniciativa del Ejecutivo que establece que sólo podrá estar en manos extranjeras el veinte por ciento del total de tierras rurales. Esta proporción correrá también para provincias, municipios y departamentos y será complementada con otra limitación que establece que un mismo comprador no podrá adquirir más de mil hectáreas en la pampa húmeda o su equivalente en distintas zonas del país.
Hasta el momento, ningún proyecto sobre límites a la extranjerización de tierras cuenta con dictamen de comisión, ya que los plenarios no llegaron a realizarse. La nueva composición legislativa debería facilitar el trabajo al oficialismo para que el suyo logre ser dictamen de mayoría.
Si aún queda tiempo, podrán tratarse en diciembre dos proyectos vinculados al tema del lavado de dinero, parte de las exigencias del GAFI para sacar al país de la llamada “lista gris”, aunque es probable que pasen directamente para el próximo año. Semanas atrás, el jefe de la unidad antilavado (UIF), José Sbatella, se comprometió, en París, a tener la nueva ley para junio de 2012. “Para nosotros sería bueno sacarla cuanto antes, ya que esto es una cuestión de Estado y así lo ha entendido la oposición”, aseguró.
UN AÑO MOVIDO
Los legisladores consultados coinciden en que el año que termina fue atípico por las elecciones y el tenso equilibrio de fuerzas, pero que en 2012 debería haber una mayor actividad legislativa. Hay quienes recuerdan que, durante el año que termina, hubo seis legisladores en fórmulas presidenciales, una treintena de candidatos a gobernador o a jefe de gobierno, y que decenas de ellos buscaron retener su banca o “cruzarse” de Cámara. De acuerdo con estos cálculos, la campaña electoral absorbió a más de un tercio de los diputados y senadores.
En este marco, Agustín Rossi anticipó que la agenda para el próximo año será “muy intensa” y dejó entrever que, además del proyecto de ley de tierras, el Gobierno impulsará activamente la reforma de la Ley Penal Tributaria, una iniciativa con la que buscará tener menos acusados por evasión pero con penas más fuertes. La ley propone elevar de cien mil a un millón de pesos el monto requerido para que se considere la evasión como delito penal y, al mismo tiempo, impide que los acusados puedan acogerse a la ley más benigna.
Un párrafo aparte merece la ley de entidades financieras que impulsa el diputado de Nuevo Encuentro Carlos Heller. “No avanzó nunca por falta del impulso del Ejecutivo, que no tuvo mayoría para imponerlo en las comisiones ni en el recinto. No tenía sentido empujar un proyecto para que después lo dé vuelta la oposición”, ilustró una fuente consustanciada con los pasillos del Congreso.
La norma busca que, con control del Estado, se obligue a los bancos a destinar un porcentaje de los fondos que mantienen en el Banco Central a préstamos para pequeñas y medianas empresas. De esta manera, la actual normativa de 1977 buscará ser reemplazada por una ley que impulse el crédito productivo y regule de manera más amplia los servicios financieros. Para Filmus, “se trata de una ley de envergadura tal que la tiene que enviar el Ejecutivo”, aunque se estima que varios opositores apostarán a la versión diseñada por Pinedo.
Otros temas que impulsará el oficialismo son la famosa ley de la música y las leyes de adopciones, de residuos electrónicos y de fertilización asistida, que de acuerdo con Filmus “se quedó en la puerta, estuvo a punto de ser aprobada el 30 de noviembre” en Diputados. También se prevé el regreso del proyecto para declarar de “interés público” la fabricación y distribución de papel para diarios.
Algunas de estas iniciativas podrán contar con el apoyo del Frente Amplio Progresista que conduce Hermes Binner. “Nosotros tenemos absoluta autonomía. Si el Gobierno lleva adelante temas interesantes como la ley de tierras o la posibilidad de gravar la renta financiera, no nos importa que su origen sea el Ejecutivo, las vamos a apoyar”, adelantó a Debate el senador Luis Juez.
Para Margarita Stolbizer, del GEN, la agenda del año próximo estará marcada por cuestiones económicas. “Hoy ya se observa un freno al crecimiento, y para revertir eso habría que pensar en mecanismos institucionales que funcionaran como incentivo a la inversión, acompañado por una discusión de una agenda relacionada con la transparencia”, dijo a esta revista. Esto significa, en términos concretos, que el interbloque del FAP que integra intentará discutir el próximo año la tan demorada ley de acceso a la información pública.
Además, existe para Stolbizer un tema estructural que deberá ser tratado “sin excusas” por el nuevo Congreso: una reforma del sistema tributario. “Todos coincidimos en el discurso sobre la necesidad de cambiar una estructura injusta y hacer que efectivamente los que más ganan más paguen, pero nadie le pone el cascabel al gato”, lanzó la diputada bonaerense.
Los radicales, en tanto, buscarán trabajar un perfil propio. La hipótesis que manejan en el partido es que, como segunda fuerza en el Congreso, deberán convertirse en el contrapeso legislativo del kirchnerismo. “La mayoría del Gobierno implica un gran desafío, no solamente para la oposición sino también para el propio oficialismo. El radicalismo deberá ejercer una oposición madura, responsable, con férreo control republicano, que va de la mano con el rol que la ciudadanía nos ha otorgado”, expresó el senador Luis Naidenoff. Entre los temas que buscará llevar adelante el radicalismo, dijo, se encuentra la reforma del Indec, la discusión sobre los superpoderes y el control parlamentario de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).
De todas formas, la UCR no descarta apoyar iniciativas “transversales” relacionadas con nuevos derechos sociales, aunque esto implique que terminen votando junto a varios legisladores del Frente para la Victoria. Así ocurrió con el proyecto de ley de identidad de género, que obtuvo media sanción en Diputados con el aval pleno de los radicales de la Cámara baja.
Otros temas que la oposición intentará impulsar -con bastante creatividad legislativa, ya que necesitará el apoyo de miembros del oficialismo- son la regulación de la publicidad oficial, una rebaja a las retenciones y la coparticipación del Impuesto al Cheque (que, se calcula, el oficialismo extenderá durante otro año sin mayores problemas).
“A partir de ahora, si no tenemos el acuerdo del kirchnerismo no podremos tratar nada, ni en comisión ni en el recinto”, explicó Pinedo, marcando el principal desafío opositor hasta 2013. El diputado del PRO agregó que en el próximo año el partido de Mauricio Macri buscará extender su política de acuerdos hacia todos los bloques.
AUTOCRÍTICA Y DESAFÍOS
Para Naidenoff, el principal problema parlamentario de los últimos años fue haber sobredimensionado las expectativas en función del resultado electoral de 2009. “Sectores del Peronismo Federal y de la Coalición Cívica alentaron la idea de que estábamos en condiciones de ‘comernos la cancha’ y esto no fue así. Para poder avanzar en ciertos temas se necesitaba el acuerdo del propio oficialismo y nos quedamos a mitad de camino”, se sinceró. El hombre que desde este mes conducirá el bloque radical en la Cámara alta propone repensar su estrategia a partir de una certeza: “No existe un partido llamado La Oposición. Los partidos opositores tienen sus propios matices”.
“Se trata de un Senado totalmente distinto, donde el Gobierno tendrá la chance de hacer todo lo que no se hizo durante los últimos años porque la culpa, supuestamente, la tenía la oposición”, explicó el senador del FAP Luis Juez. De acuerdo con el cordobés, “esta vez la conducción le corresponde al oficialismo, que no podrá tener más legisladores escondiéndose detrás de las cortinas para no bajar al recinto”.
Con respecto a la relación de fuerzas, los números son elocuentes. El Frente para la Victoria tendrá 116 diputados a las órdenes de Agustín Rossi y, si se suman los aliados, el oficialismo alcanzará sin problemas el mágico número de 129, que habilita el quórum para la Cámara baja, donde el oficialista Julián Domínguez -hasta esta semana ministro de Agricultura- asumió como presidente. En la Cámara alta, por su parte, el kirchnerismo contará con un total de 38 legisladores (uno más que el quórum reglamentario), 33 de los cuales integran el FpV.
Esta expansión tiene, como contracara, el retroceso de varios espacios opositores. En el Senado, el radicalismo contará con 14 integrantes, atravesados por internas entre alfonsinistas, cobistas y el sector del presidente saliente de la UCR, Ernesto Sanz. El FAP tendrá un interbloque de cuatro senadores y el peronismo disidente, si bien más disperso, alcanzará los 10.
El panorama se repite en Diputados. La principal oposición al bloque oficialista podrá ser la UCR, que con 41 bancas es la segunda minoría y ocupará la vicepresidencia segunda con uno de sus hombres, Mario Negri. El FAP, en tanto, funcionará como un interbloque conformado por el Partido Socialista, el GEN, el Frente Cívico cordobés, Unidad Popular y Libres del Sur, para un total de 22 legisladores. Además, el espacio de Binner obtuvo la vicepresidencia tercera del cuerpo, desde ahora en manos de la socialista Alicia Ciciliani.
Con similar número de bancas pero lejos de la pelea por el poder legislativo quedó el Peronismo Federal, en crisis luego de la partida de Felipe Solá y su floja performance electoral (su reemplazante, el mendocino Enrique Thomas, fue ratificado al frente de la bancada disidente). También en retirada está la Coalición Cívica, que después de colocar varios legisladores tras el segundo puesto nacional de 2007, se quedó con apenas cinco diputados.
De todas formas, la flamante relación de fuerzas no traerá de por sí más dinamismo legislativo: todo dependerá del impulso que le otorgue el Ejecutivo a los distintos proyectos en danza. En palabras de Naidenoff, “es posible que el oficialismo interprete que puede hacer lo que quiera porque los números le dan, pero en este contexto de ajuste y de crisis internacional, esperamos poder avanzar con los grandes temas”.
Cuestión aborto, un tema espinoso
Finalmente, la despenalización del aborto no logró tratarse en el recinto este año y recién se volverá a discutir en 2012. Semanas atrás, la iniciativa tratada en la Comisión de Legislación Penal de la Cámara baja se quedó a tres firmas de convertirse en dictamen en minoría. El titular del cuerpo, Juan Carlos Vega (Coalición Cívica), convocó a un plenario con las comisiones de Familia y Salud, pero la reunión fracasó y el 20 de noviembre pasado venció el plazo para presentar dictámenes.
De esta manera, el debate legislativo sobre la interrupción del embarazo podrá ser retomado recién el próximo año, aunque con menos chances de las que tuvo hasta el momento, ya que varios de quienes están a favor de la despenalización ya cumplieron sus mandatos. Por otra parte, es probable que el kirchnerismo asuma la presidencia de Legislación Penal y la ley “no va a ser una iniciativa del Gobierno ni va a ser impulsada por el Ejecutivo”, según confirmó a Debate un senador kirchnerista.