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Entrevista a Daniel Pelegrina

«El próximo gobierno va a tener que hablar más de producción y menos de finanzas»

por Federico Poore
Buenos Aires Times, 16-03-2019

¿Qué resultados concretos se llevó de la gira argentina por India y Vietnam?
Fue positiva en muchos aspectos. Para poder exportar tenemos que tener relaciones con todo el mundo y buscar la apertura de nuevos mercados, la eliminación de barreras (arancelarias)… Eso se está haciendo bien y lo estamos apoyando. También fue positivo el contacto con productores agropecuarios y empresas agroindustriales (de India y Vietnam), así que fue positivo el contacto con ellos. Al ser una entidad de representantes, no tenemos para comerciar en estas ruedas business-to-business, pero habían trabajado bien desde la Cancillería y tuvimos reuniones con contrapartes institucionales. Entonces, por ejemplo, nos juntamos con think-tanks de la India y con gente vinculada a la producción animal en Vietnam. En fin, observamos oportunidades concretas de exportación de carnes, de aves y de leche.

Entiendo que en Vietnam se interesaron por pomelos, mandarinas y naranjas argentina. ¿Se habló algo de carne?
Vietnam es un importante importador de carne argentina y hace de puerta de entrada a Asia, aunque no siempre por canales formales. Es un país de 100 millones de habitantes y puede ser la puerta de entrada a otros países de Asia.

En su presupuesto 2019, para alcanzar el déficit cero, el gobierno previó una ambiciosa meta de aumento de exportaciones del 20,9 por ciento. ¿Cree que esto es posible?
No sé exactamente cuánto de eso se explicaría por la producción ganadera. Sí puedo decirte que si el clima acompaña este año vamos a tener una cosecha más importante que la de 2018. Este año están aumentando las exportaciones de carne, de lácteos y de los productos de las economías regionales. Comparado con el año pasado, donde por la sequía nos “faltaron” 20 millones de toneladas de cosecha, seguramente vamos a tener números grandes.

En febrero mantuvo una reunión con Roberto Cardarelli, encargado del caso argentino en el Fondo Monetario Internacional, en la que planteó su oposición al aumento en las retenciones anunciado el año pasado. Si bien el FMI reiteró en ese entonces su visión de que las retenciones eran un mal impuesto, ¿este planteo quedó en algo más?
No, el objetivo de la reunión fue simplemente contarle nuestra perspectiva sobre la visión del país. Desde esa perspectiva, hablamos de las retenciones como un retroceso, como una mala aplicación de una política que atrasa. Todo lo que habían sido las dos cosechas récord después de la eliminación de las retenciones (a casi todos los productos) y el anuncio de un cronograma para la rebaja de las retenciones a la soja iba en la dirección adecuada. Y en 2018, si no hubiese sido por el clima hubiésemos tenido también una muy buena cosecha, porque en el interior del país ya se estaba comenzando a ver el círculo virtuoso de las medidas tomadas al inicio de la gestión de Macri. Pero lamentablemente por cuestiones macroeconómicas y medidas de emergencia le tuvieron que echar mano a esto.

¿Qué más se habló en la reunión con Cardarelli?
Dos temas importantes. Uno, cómo la presión impositiva limita el negocio agropecuario. Otro el efecto que las medidas económicas están teniendo sobre la tasa de interés. Le cito un caso: China ha demandado carne argentina de manera potente y ha generado un buen precio para la vaca, pero dado el contexto generado por las tasas de interés el productor vacuno ha preferido vender sus vacas para sanear deudas, y eso de alguna manera va a afectar a la producción futura. También hablamos del futuro, y nuestra recomendación… o mejor dicho, nuestra visión, fue que el próximo gobierno va a tener que hablar más de producción y menos de finanzas. Realmente tenemos que tener alicientes del lado de la producción tales que ofrezcan una alternativa para invertir y no para la renta financiera.

Cuando se restablecieron las retenciones se habló de un monto de 4 pesos por dólar para las exportaciones primarias y 3 pesos para las de mayor valor agregado. Lo que se argumentó en su momento es que con una mayor devaluación este impuesto se iba a licuar. En otras palabras, un impuesto de cuatro pesos con un dólar a 40 es el 10 por ciento, pero si el dólar se va a 50, el impuesto va a pasar a representar apenas un 8 por ciento.
Lo que pasa es que ese nuevo impuesto es un golpe al efecto motorizador que uno esperaba que la devaluación le diera a las regiones más alejadas de los puertos o de menor competitividad. No sabemos qué va a pasar cuando llegue la dilución de la retención. Pero también hay un golpe a la confianza de la propuesta económica del gobierno. Una decisión así afecta las expectativas de un forestador que tiene que plantar un monte, que va a tener resultados dentro de 15 años, o de un criador que tiene una hembra que le va a dar una ternera recién de acá a 4 o 5 años…

Todos los sectores han hecho esfuerzos. Los trabajadores, los empleados estatales y los jubilados perdieron poder adquisitivo, se recortó la obra pública… Está la idea de que el campo también tiene que poner su parte, por más que sea un impuesto que no caiga simpático.
Por eso lo entendimos, y ante la emergencia ya dijimos que ponemos nuevamente el hombro. De todas formas, lo pasado ya está, tratamos de mirar hacia delante. Lo que sí tratamos de explicar es que por este camino es más dificultoso tener competitividad. Si seguimos con retenciones en este contexto donde están dadas todas las posibilidades concretas de crecimiento del negocio, vamos a encontrarnos con que tenemos los mercados pero no la producción para esos mercados. No queremos subsidios sino una rebaja en los impuestos.

Este año es un año electoral y es posible que el gobierno planche un poco el dólar. En febrero dijo que el dólar estaba “un poco atrasado” para las economías regionales. Ahora subió a 43 pesos, ¿cree que sigue atrasado?
No, creo que cuando dije eso me sacaron un poquito de contexto. El valor del dólar es fruto del cruce de la oferta y la demanda, por lo que el valor “adecuado” depende. No es la misma la renta de un productor que está a 50 kilómetros de Rosario, que tienen los mejores suelos de Argentina y una productividad espectacular, que la de un productor de Salta, que el flete le representa el 40 por ciento de los costos. Lo que sí dije que es que para las economías regionales -productores de la zona extrapampeana, frutas, algodón, vinos- las últimas medidas fueron un golpe muy duro, y ahí digo es donde el tipo de cambió se quedó atrasado, porque estas economías venían trabajando, finalmente se produce esa situación de mejora de competitividad pero enseguida cae la retención y pierden 12 por ciento o 4 pesos por dólar de tu ganancia, ahí efectivamente estás en una situación (de dólar atrasado).

¿Cuáles son las economías regionales que la están pasando peor?
Primero te menciono algunas economías no necesariamente “regionales” que la están pasando mal. Una es la lechería. Justo en un momento donde pueden empezar a buscar algún tipo de acceso a mercados internacionales, en medio de una competencia feroz, sacarle el 12 por ciento o esos 4 pesos por dólar (de retenciones) liquida cualquier chance de exportar. Lo mismo sucede con la carne, aunque en el caso de la carne hay quizás mejores expectativas de colocación. La producción de vinos y la producción de frutas está en serias complicaciones, como casi todas las economías de la regiones.

EL PRECIO DE LA CARNE
El 53 por ciento de la carne argentina se exporta a China…

Así es.

… pero son cortes que en general no se consumen aquí. Distinto es el caso de Europa, a donde enviamos algunos de nuestros mejores cortes. ¿No existe una competencia entre el consumo interno y la carne que exportamos a la Unión Europea?
China se lleva carne de baja calidad, pasa que se lleva la vaca casi completa. En el caso de la Unión Europea, se trata de un mercado de alta exigencia que complementa con el consumo interno, porque se envía una parte únicamente: los lomos, las colitas, el ojo de bife, que en general no es el mismo consumo que se da en todo el territorio argentino. La gente en Argentina come más vacío, asado, costeleta.

La carne aumentó un 7,8 por ciento en los primeros dos meses del año. ¿Le adjudica esto a la devaluación?
La ganadería la pensamos en ciclos. Si hacés una comparación con el precio actual con el de hace tres años, vas a ver que el precio de la carne ni siquiera alcanzó a la inflación en el mismo período. La carne está recuperando inflación atrasada.

EL AÑO ELECTORAL
De cara a las elecciones, su organización le está acercando un documento a diferentes candidatos a presidente en el que piden un mayor acceso a mercados internacionales, soluciones a problemas de competitividad y la eliminación de retenciones. ¿Qué candidato cree que representa mejor el pensamiento de la Sociedad Rural?
No hay muchos candidatos en carrera. Uno lo ve a Macri, por un lado, a quien antes de la elección anterior lo fuimos a ver y nos presentó su plan de los 13 puntos (N.d.R.: en abril de 2014, Macri le presentó a las entidades agropecuarias un programas de 13 puntos que proponía, entre otras cosas, la eliminación de retenciones y de los Registros de Operaciones de Exportación), y lo cierto es que cumplió con esas promesas. Después hubo una marcha atrás, pero las medidas las realizó. O sea que las coincidencias con su plan de gobierno siguen estando. Después tenemos a Cristina (Kirchner) o a alguien del cristinismo, y ahí está claro lo que hicieron cuando fueron gobierno, que fue ir contra el campo. No entienden al campo como el motor económico de la Argentina, y cada vez que pudieron le hicieron daño al sector, entonces para qué gastar pólvora en chimangos. Después está este otro gran espacio, que todavía no tiene candidato definido (el peronismo federal) y recién ahí podríamos decir si apoyamos o no su programa de gobierno.

A siete meses de las elecciones, ni Sergio Massa, ni Juan Manuel Urtubey ni Miguel Ángel Pichetto tienen un plan para el campo.
Massa fue parte de un gobierno que se metió con el campo, y cuando fue candidato lanzó propuestas que no cerraban demasiado. En el caso de Urtubey, no vemos que haya avanzado en su provincia con medidas prácticas respecto a los productores en su región.

Uno de los pedidos más insistentes de la Sociedad Rural es la baja de impuestos. ¿No estaría más cerca de Javier Milei, José Luis Espert o Roberto Cachanosky?
No he seguido sus propuestas, aunque me las imagino porque son personas que representan un liberalismo absoluto. Nuestras ideas también son absol… [se corrige] son liberales, lo que pasa es que entendemos que a veces hay fuerzas que tienen que ser contrarrestadas. No sé qué piensan ellos sobre la instalación de mecanismos de defensa de la competencia o la intervención del poder de policía a través del Estado. Pero sí coincidimos (con ellos) en la perspectiva de que los mercados tienen que trabajar y poder operar en su máxima expresión. Lo que pasa es que estas cosas son muchas veces son fáciles de decir pero difíciles de llevar a la práctica.

¿Qué balance hace de la presidencia de Macri? ¿Estuvo a la altura de sus expectativas?
Sí, el proyecto político y el trabajo que se hizo con respecto a la apertura de nuevos mercados fue bueno. Creemos que hay cosas que se han demorado más de la cuenta y que debían haber sido hechas más rápido, como por ejemplo la reorganización de organismos de control. Evidentemente ha habido errores de cálculo con respecto a la capacidad de solucionar problemas estructurales de la Argentina, y no haber previsto alternativas de amortiguamiento. Pero una macroeconomía estable que permita llevar adelante una política agropecuaria acorde nace de una economía sana y un Estado que esté a altura de lo que los privados podemos sostener, y en ese sentido tampoco vemos demasiados esfuerzos. Hoy tenemos un Estado que creció enormemente durante el kirchnerismo y no sé si se achicó algo en estos tres años y medio. No se nota.

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Por Federico Poore

Magíster en Economía Urbana (UTDT) con especialización en Datos. Fue editor de Política de la revista Debate y editor de Política y Economía del Buenos Aires Herald. Licenciado en Ciencias de la Comunicación (UBA), escribe sobre temas urbanos en La Nación, Chequeado y elDiarioAR.

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