por Federico Poore
elDiarioAR, 23-10-2021
La llegada de noviembre trae también la apertura de fronteras a turistas de todo el mundo. Los espera un país muy necesitado de divisas y dos sectores duramente golpeados como el hotelero y el gastronómico. Pero la pandemia no terminó, al menos no del todo, y el desafío consiste en atraer la mayor cantidad posible de viajeros, incluyendo aquellos a los que Argentina les queda inimaginablemente lejos dado el nuevo contexto sanitario.
“Esperamos recibir entre 150.000 y 200.000 turistas durante noviembre y diciembre”, dijo a elDiarioAR el ministro de Turismo, Matías Lammens. “Esto significaría una inyección de 50 millones de dólares para el país”. De cumplirse el vaticinio, representaría menos del 40% de los niveles normales de turismo receptivo previos a la irrupción de la pandemia.
En 2019, el 20% de los viajeros internacionales llegaron a estas pampas desde Europa, mientras que otro 12% vino de Estados Unidos y Canadá. Se trata de turismo internacional de altos ingresos, pero a entre 9 y 14 horas de avión, una distancia que, dados los riesgos sanitarios, parece infinita.
Teniendo en cuenta estos dos factores -la pandemia y las distancias-, el plan del gobierno de Alberto Fernández para el futuro inmediato es menos ambicioso, e incluye muchos destinos naturales y pocos viajes transcontinentales.
Lammens cree que el turismo internacional va camino a “resetearse” en la pospandemia y que el país debe prepararse para ofrecer “un plan muy agresivo de incentivos para atraer a los y las turistas de la región en lo que resta de este año” y durante 2022, con un foco muy fuerte en los destinos de naturaleza, “donde la Argentina tiene una oportunidad enorme”.
Pero Pablo Singerman, fundador y CEO del Estudio Singerman & Makón, cree que la llegada de viajeros no será inmediata. “Seguramente noviembre tampoco sea un mes de llegadas en ascenso exponencial, ya que las frecuencias aéreas están comenzando a reactivarse y en noviembre aún no llegarán a los niveles prepandemia”, dijo Singerman a este medio.
En este contexto, la apuesta por América Latina no es menor: el ministro recuerda que “los países limítrofes representan el 65% del turismo receptivo que históricamente llega a la Argentina”. El año anterior a la crisis sanitaria llegaron 1,2 millones de visitantes de Brasil y Chile, 4 de cada 10 visitantes internacionales.
Ushuaia espera a los brasileños
Luego de unos 15 meses muy duros, Tierra del Fuego cerró una temporada de invierno récord, favorecida por las ganas de viajar tras el relajamiento de las restricciones y unas buenas condiciones de nieve respecto de otros centros de esquí.
El número de visitantes al Cerro Castor, el centro invernal más austral del mundo, creció un 56% con respecto a 2019, con la particularidad de que este invierno los esquiadores fueron casi todos argentinos.
Dante Querciali, presidente del Instituto Fueguino de Turismo (Infuetur), dijo a elDiarioAR que la expectativa es “positiva,” citando cifras provisorias de la nueva edición del programa PreViaje que colocan a Ushuaia como el segundo destino más elegido en el país.
En septiembre, la capital fueguina lanzó una campaña apuntando al público local que aún veía limitadas sus chances de vacacionar en el exterior. “Ushuaia – Destino Nacional de Nivel Internacional”, rezan los carteles que coparon diferentes barrios porteños y que comparan a la ciudad patagónica con Alaska o el Himalaya. Hasta antes de la pandemia, la provincia no estaba en el radar de muchos compatriotas. La crisis sanitaria obligó a salir a “trabajar” ese segmento.
“La recuperación internacional va a ser más lenta. Estimamos que primero será la de los países limítrofes, en especial el mercado brasileño”, matizó Querciali. En cuanto a las estrategias para atraer más turistas internacionales, el titular del Infuetur mencionó la necesaria mejora en infraestructura, ampliar la conectividad con la isla y aprovechar el elevado nivel de vacunación completa en la población para seguir vendiéndose como destino seguro.
“Ningún destino por sí solo sirve para convertirse en atractivo para mercados lejanos, y en nuestro país tenemos la fortaleza del destino Patagonia, como propuesta integral de servicios de calidad internacional y de naturaleza», concluyó.
Mendoza apunta al turismo de convenciones
Esta semana, tras recibir la autorización de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), llegó a Mendoza el primer vuelo con turistas provenientes de Sao Paulo, y el mes entrante también estarán habilitados los vuelos que unen la provincia con Santiago de Chile.
“Considerando la tasa promedio de ocupación de los vuelos internacionales, estimamos recibir cerca de 2.100 turistas mensuales de Chile y Brasil”, explicó a elDiarioAR Mariana Juri, ministra de Cultura y Turismo de la provincia.
Hace tiempo que el gobierno provincial viene proponiendo potenciar el turismo de convenciones, que antes de la pandemia implicaba la llegada de 125.000 turistas por año.
Asumiendo una recuperación de conectividad y un mayor pedido de rutas, Mendoza estima para los próximos 12 meses recuperar unos 60.000 turistas por este segmento. Pero Juri se mueve con cautela y subraya que dichos eventos “demandan una programación o anticipación del orden de los 12 o 18 meses, lo que implica un tiempo de recupero de la actividad diferente al de otros segmentos del turismo internacional».
El próximo objetivo en la tierra del sol y el buen vino es tener luz verde para recibir vuelos desde Panamá, que funciona como articulador entre los vuelos que llegan desde América del Norte.
Regreso a media máquina
Buenos Aires, un mercado con una importante oferta cultural y también fuerte en el turismo de congresos, fue uno de los destinos donde la actividad se recuperó menos. Un mes atrás, el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta organizó junto a The Economist un encuentro titulado “Back to BA” en el que relanzó la ciudad como destino deseable apuntando a los mercados de América y Europa.
Según el Ente de Turismo porteño (ENTUR), el objetivo es “recuperar tres millones de turistas internacionales hacia 2023, con especial foco en el turismo de negocios” y los cerca de 100.000 estudiantes internacionales que todos los años llegaban a Buenos Aires.
Mientras tanto, la debilidad del peso abre nuevas oportunidades para el turismo local. Un informe reciente del Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) revela que la capacidad de compra de salarios brasileños y chilenos de bienes argentinos creció entre un 40% y un 106% respecto a cuatro años atrás. Se trata de buenos precios relativos para favorecer el turismo receptivo.
En este contexto, ninguna de las fuentes consultadas habla de un plan B o de contingencia en caso de una nueva crisis. Los cañones apuntan a Chile y Brasil y tanto el gobierno nacional como los entes turísticos locales le prenden una vela a la consolidación de las rutas aéreas y la continuidad de la buena situación sanitaria.