
La última edición de un conocido festival de arquitectura sirve para recorrer la capital a través de varios ejes como la historia, el uso doméstico, el ámbito laboral y el brutalismo.
por Federico Poore
Cenital, 25-10-2024
La ciudad es el registro construido del desarrollo de una sociedad a lo largo de la historia, un espejo de las formas en las que nos organizamos, vivimos y proyectamos. Si bien sus espacios públicos permiten acercarnos y hacen posible el intercambio, lo que ocurre puertas adentro a veces escapa a nuestro registro.
A partir de esta premisa, el festival Open House propone difuminar los límites entre lo público y lo privado e invitar a los usuarios a recorrer cada espacio para armar un mapa personal de la ciudad.
Se trata de un evento sin fines de lucro, que dos días al año abre las puertas de más de un centenar de edificios. La edición 2024 se celebrará, justamente, este sábado 25 y domingo 26 con acceso a 130 edificios de distintos usos, y me pareció una excelente excusa para hablar de posibles itinerarios por la arquitectura de Buenos Aires.
Con esto en mente, le pedí a la arquitecta Nicole Kerschen, co-organizadora del festival, que me ayudara a pensar tres posibles recorridos para este fin de semana. Aquí están, estos son.
Uno: ciudad doméstica
Una casa en Caballito, la renovación de un PH en Saavedra o edificios multifamiliares en Colegiales, todos cuentan historias sobre cómo vivimos en la ciudad. La arquitectura de las viviendas se adapta a las necesidades de quienes las habitan, ofreciendo no sólo un refugio, sino también la oportunidad de conectarse y formar comunidad. Estos espacios dan cuenta de cómo el habitar evoluciona, reflejando la convivencia entre lo íntimo y lo colectivo, una tensión constante que define la vida urbana.
“Proponemos dos recorridos posibles. Ambos comparten una situación barrial de escala media, donde edificios de vivienda colectiva y viviendas unipersonales conviven armoniosamente”, dice Nicole.
Sábado: Colegiales / Villa Ortúzar / Parque Chas
Por la mañana se puede visitar el edificio en Ciudad de la Paz 90, cerca de la estación Carranza, un proyecto multipremiado de piano nobile en altura doble y tres plantas tipo de vivienda y estudios profesionales. También, por qué no, una visita a 9 casas Colegiales y al edificio residencial Virrey Avilés, desarrollado por los arquitectos Juan Campanini y Josefina Espósito a través de un fideicomiso de pequeña escala.
Al mediodía, uno puede entrarle a una pizza en La Mezzetta, para continuar por la tarde por Casa Giribone, la última unidad de dos plantas en un típico PH en Parque Chas. Otras opciones: A1251, un edificio de estilo contemporáneo en la misma zona, y Casa Roseti, emplazada en una esquina sobre donde solía estar un kiosco barrial.
Domingo: Núñez / Saavedra
Por la mañana, uno puede visitar la Grape House de Núñez y Vilela II, un edificio del mismo barrio proyectado por el Estudio Planta que transmite calidez y sencillez. Otra posibilidad es el Edificio RH+, en Saavedra, un proyecto con mucha superficie de terreno absorbente y viviendas en permanente contacto con la vegetación.
Al mediodía se puede cortar con un picnic en Parque Saavedra y seguir discutiendo cómo desentubar algún día el arroyo Medrano.
Para la tarde, y ahí nomás del parque, es posible continuar por Peaches Besares, un proyecto de IR Arquitectura que busca aprovechar las condiciones de iluminación con detalles artesanales que harán las delicias de los especialistas. También se puede sumar al recorrido las viviendas de Superí 3226, un proyecto joven y muy luminoso, y el Edificio Prometeo, obra de Marco Caviglia en el barrio de Coghlan.

Dos: ciudad histórica
“Los edificios históricos son más que estructuras; son portadores de memoria, manifestación de identidad”, cuenta Nicole. “Son arquitectura que tienen valor por ser capaces de narrar la historia y el devenir de esta ciudad, sea porque alojaron acontecimientos y a sus protagonistas o porque su existencia misma relata las formas de hacer y vivir en sociedad a lo largo del tiempo.”
En ese contexto, la representante de Open House sugiere un atractivo itinerario por San Nicolás y Monserrat que se puede completar en un día (el sábado).
La mañana puede comenzar en la Casa Fernández Blanco, segunda sede del Museo de Arte Hispanoamericano del mismo nombre, y seguir con otras dos joyitas a las que se accede únicamente con turno previo. Una es el Edificio Presidente Raúl Ricardo Alfonsín, inspirado en la Torre dei Mori de la Plaza San Marcos de Venecia y que desde hace algunos años funciona como sede de la AGN (Auditoría General de la Nación). La otra es la cúpula del edificio La Inmobiliaria, un lugar hermoso con vistas al barrio de San Nicolás.
Por la tarde, y también con turno, se puede visitar la Galería y Mirador Güemes, una de las obras cumbre del eclecticismo modernista. Inaugurada en 1915 y diseñada por el arquitecto italiano Francisco Gianotti (el mismo que proyectó El Molino), es uno de los sitios clave de la Buenos Aires del siglo XX, con historias que han desvelado a Borges, Cortázar y Roberto Arlt. El circuito se completa en Diagonal Norte con el Edificio de Renta Bencich (a no confundir con el Palacio Bencich, adquirido por la Embajada de Corea en 2018 como nueva sede del Centro Cultural Coreano) y con el Edificio Miguel Bencich, diseñado en 1927 por el arquitecto francés Eduardo Le Monnier.

Tres: la ciudad y sus equipamientos
“Los museos, oficinas, comercios y otros espacios colectivos son esenciales para que la ciudad funcione. Son esos lugares donde se desarrolla la vida cotidiana, donde trabajamos, aprendemos y disfrutamos”, dice Nicole. Y he aquí el tercer recorrido sugerido, por edificios que siempre están al servicio de la comunidad, impulsando la actividad y la interacción.
El circuito propuesto, por La Boca y Parque Patricios, es para este domingo. Comienza en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, que funciona en lo que solía ser el depósito de la tabacalera Piccardo. Sigue por Fundación Larivière, sitio icónico del barrio de La Boca en el que funciona una colección de fotografía latinoamericana y continúa en Estudio 2EC, una antigua casa chorizo adaptada para el desarrollo de un estudio de primer nivel. El estudio juega con la vegetación circundante y se destaca un patio ubicado en el centro del desarrollo.
Ya que uno está ahí, por Vuelta de Rocha, puede entrarle a una buena parrillada y luego sentarse a ver cómo avanza la limpieza del Riachuelo.
A metros nomás, la agenda sigue por la tarde en Fundación Proa, que además de su colección de arte ofrece algunos detalles interesantes como sus frentes vidriados y su diálogo entre el interior y el exterior.

La jornada cierra en Parque Patricios con una visita al Estadio Tomás Adolfo Ducó, la cancha del club Huracán, que según la descripción del festival permite entender cómo puede funcionar “una pieza de gran escala como lo es un estadio de fútbol en medio de la trama urbana”.
Bonus track: Buenos Aires brutalista
La escritora inglesa Vanessa Bell lleva más de una década viviendo en Buenos Aires, ciudad que le fascina y que eligió para vivir. En 2022 publicó el Mapa Brutalista de Buenos Aires, una guía con 51 ejemplos icónicos de este estilo de estructuras construidas con hormigón crudo (béton brut, de allí el nombre del movimiento).
De allí tomamos tres ejemplos para admirar en cualquier momento. Uno: el edificio del Museo Xul Solar, construido entre 1987 y 1993 en lo que solía ser la casa del artista oriundo de San Fernando. Dos: la torre Dorrego, más conocida como “El Rulero”, una mole cilíndrica de 240 departamentos construida entre 1968 y 1971 por encargo de una cooperativa. Tercera y última, por ahora: la Biblioteca Nacional, un proyecto de los arquitectos Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga que cinco años atrás fue declarado monumento histórico. Todos ellos son edificios descomunales, imponentes, que apelaban a la honestidad de los materiales.